jueves, 15 de octubre de 2015

Un hogar duradero

“Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.” Confucio

El pasado jueves 8, tres colaboradores de la AHG teníamos una acción en mente, para la cual solicitamos colaboración y tuvimos la suerte de encontrar ayuda en tres nuevos entusiastas de los anfibios: Ana Navarro y los hermanos Alfon y Emilio Ayerbe, apasionados como pocos del mundo de los anfibios. Ana es una vieja amiga y ya ha colaborado con algunas de sus buenas fotos en la guía que editamos del Proyecto Amphibia. Alfon, a pesar de su corta edad, es ya todo un dechado de conocimientos de herpetología y con una pasión desbordante que nos anima a seguir pegados al carro.

El pie de los montículos de arena puede ser una buena zona para
albergar una pequeña charca.
Las charcas ocupan los niveles inferiores del terreno. A algunas se les añade un 
canalito para su llenado.
Con ellos reexcavamos, herramientas en mano, cuatro pequeñas charcas en un enclave de canteras abandonadas en Puerto Lobo, a las puertas del Parque Natural de la Sierra de Huétor, una zona con presencia de un núcleo reproductor de sapo corredor. Lo superficial de la zona no permite normalmente que las láminas de agua se mantengan durante mucho tiempo en este hábitat que poco a poco se va naturalizando, y resulta frecuente que fracasen tanto las frezas como las larvas. Con estos pequeños puntos esperamos que las lluvias de este otoño se mantengan un poco más y consigamos que puedan completar su metaforfosis!.

Trabajo colaborativo...

Nuestro agradecimiento a estos nuevos valores de la herpetología y por la conservación del medio ambiente local.





El pisado de los taludes es fundamental para afianzar la tierra.






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